LA FALTA DE REGULACIÓN PROFESIONAL





LA FALTA DE REGULACIÓN PROFESIONAL



Aunque aquí hay mucha gente que no está de acuerdo y que postula por la no existencia de colegios profesionales, lo cierto es que la responsabilidad de los proyectos software debería estar en manos de algún técnico preparado y llevar una firma última a la que exigir cuentas si algo no va. Si una casa se derrumba por estar mal el proyecto, es muy sencillo saber quién hizo los planos y a quién se le contrató la construcción. En el caso de la informática no. Nadie rinde cuentas, nadie sabe de quién es un diseño, nadie sabe de quién es la responsabilidad de un cuelgue que ha provocado pérdidas inmensas o incluso pérdida de vidas.

 No existe una metodología comúnmente adoptada ni que sea posible adaptarla a todas las necesidades de programación o a todos los lenguajes/entornos de manera sencilla.

Las necesidades de cambios constantes en el software, junto con un ttm (time tomarket) más reducido cada vez hace que cualquier procedimiento que retrase el resultado sea imposible de aplicar, o cuando se aplica solo sirve para hacer fracasar el proyecto.

La poca preparación de los gestores, o incluso la creencia de que cualquiera puede dirigir un proyecto de software hace que, incluso con profesionales cualificados en el equipo, el proyecto no use enfoques de ingeniería.
La falta de regulación profesional y de, entre otras cosas, un colegio oficial, hace muy complicado hacer que normas de desarrollo se estandaricen o se hagan “oficiales”

A nadie se le ocurriría construir un edificio de 15 plantas sin tener planos, ni un estudio de materiales, ni un estudio del suelo, etc. Todas estas cosas son obligatorias por ley o están derivadas de lo que se entiende como un proyecto de arquitectura. Para realizar cada una de estas actividades los arquitectos y/o ingenieros disponen de métodos aprobados y fiables. Se actualizan, se mejoran, pero siempre están ahí y cualquier arquitecto/ingeniero los debe conocer.

En informática eso no es así, no es obligatorio el uso de “planos” para el diseño, o al menos se acepta cualquier tipo de planos y, lo que es peor, estos se cambian sobre la marcha sin ningún pudor. No es nada sorprendente que el cliente, tras ver el resultado de lo que pidió inicialmente exija que se rehaga todo porque no se parece a lo que tenía en mente. ¿Alguien se imagina que tras construir un chalet el cliente pida que le pongan 5 plantas más y un helipuerto en la azotea? Seguro que el arquitecto se llena de risa, pero es que el jefe de obra le va a decir que esos son los planos que él tiene que construir y que cualquier otra cosa la hable con el arquitecto. ¿Por qué aquí no?

Total, que al final nos quedamos convertidos en un equipo de bomberos que no hacen más que apagar fuegos aquí y allá. La diferencia entre un equipo competente y uno que no es la misma que entre los bomberos profesionales y la cuadrilla de campo… Unos lo hacen todos los días y los otros solos cuando les arde la casa del vecino. Pero ¿alguien ve la diferencia entre construir y apagar?… Muchos clientes no.






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